jueves, 5 de diciembre de 2013

Acerca de la Hiperreflexividad en Psicopatología.

 
En su libro "Las raíces de la psicopatología moderna. La melancolía y la esquizofrenia."(2012) Marino Pérez analiza el origen y la naturaleza de la psicopatología actual, mostrando el caracter histórico-cultural que ésta tiene. En su desarrollo Marino parte de la concepción de una reflexividad aumentada, la hiperreflexividad, que es posible encontrarla en la mayoría de los trastornos psicopatológicos como un factor causal y no simplemente consecuente. Esta hiperreflexividad no se trata más de un producto histórico-cultural, por lo que en contra del actual cerebrocentrismo, la propuesta se tercia hacia una explicación de los trastornos psicológicos en función de la cultura de donde viene la autocinciencia itensificada.


Principalmente Marino expone tres formas diferentes de conciencia, pero no independientes. Una primera, la autoconciencia corporal pre-reflexiva, ésta, la conciencia corporal se refiere a la conciencia subjetiva del cuerpo-como-sujeto, no a la conciencia objetiva del cuerpo-como-objeto.(Ibídem, 45) El cuerpo como-sujeto se corresponde con un esquema corporal ya dado de forma natural, en el caso contrario, en el cuerpo como objeto la percepción  es intencional, como sucede por ejemplo al mirarse en un espejo, siendo el resultado la obtención de una imagen corporal.
El cuerpo como sujeto puede experienciar algo tomado como objeto de atención (es el caso general de la conciencia de, incluyendo el propio cuerpo-como-objeto) y el cuerpo puede también, y ésta es la cuestión, experienciar algo sin tomarlo como objeto atencional (Ibídem, 46). La conciencia corporal pre-reflexiva es por tanto la conciencia subjetiva del cuerpo, sin que medie atencionalidad. No es algo que ocurra de manera ocasional, sino que es intrínseco a la conciencia. La conciencia pre-reflexiva no necesita de un objeto para ser consciente de sí misma, (Ibídem, 47) no está exenta del mundo sino involucrada en él.
Pasamos en un segundo punto a la autoconciencia reflexiva, que es la autoconciencia explícita, intelectual, conceptual que toma algún componente del propio sujeto como objeto. El yo-como-sujeto toma ahora al propio yo como objeto. (Ibídem, 47)
Esta conciencia surge pronto en el desarrollo, pero eso no implica que la pre-reflexiva deba ser superada, sino que es el trasfondo para el desarrollo de la conciencia reflexiva, la relación entre autoconciencia pre-reflexiva y reflexiva no es una relación de etapa evolutiva sino de dimensión implícita-explícita o de figura-fondo. (Ibídem, 49).
Finalmente, y el concepto en el que nos gustaría centrarnos, la hiperreflexividad, o la autoconciencia hiperreflexiva, no es un estado diferente al de la autoconciencia reflexiva, pero difiere en grado, más bien una autoconciencia en exceso, así se define la autoconciencia hiperreflexiva como un exceso de conciencia que toma como objeto a uno mismo, sea el yo o cualquier evento privado (experiencias, sentimientos, pensamientos, etcétera) o incluso el propio cuerpo. La cuestión es que aspectos de uno normalmente implícitos o en su caso objeto ya de cierta reflexión, se convierten en explícitos, al punto de ocupar buena parte de la atención y así copar el campo de la conciencia. (Ibídem, 50)


 
La hiperreflexividad puede ser considerada como un gran continente donde encontrar múltiples modos de autoconciencia intensificada que lleve a un proceso poco adaptativo y patógeno, aunque como veremos también puede ser parte del propio contenido por sí mismo.
Las múltiples formas de la hiperreflexividad se pueden decir de diversas maneras pero todas son variantes de algún tipo de autoconciencia intensificada que tiene efectos nocivos para la persona.



A continuación pasaremos a mencionar las diversas formas de hiperreflexividad que Marino presenta, y su relación con la psicopatología, en tanto en cuanto están relacionadas con síntomas y trastornos específicos:

-La autoconciencia puede presentarse de manera intensificada en su modo de atender a aspectos de uno mismo, bien sean públicos -conducta o apariencia- o privados -pensamientos y sentimientos-. 
La intensificación de la autoconciencia pública se relaciona con ansiedad social, anorexia y paranoia; por otra lado, por lo que se refiere a la autoconciencia privada, existe relación con la depresión, ansiedad y esquizofrenia.

-La teoría de la autoobjetivación consiste en un marco teórico que sitúa el cuerpo de la mujer en el contexto sociocultural. De este modo se muestra cómo las mujeres pueden sentirse y cómo puede influir el ser tratadas como cuerpos, en relación a su uso. Esto puede llevar a que las mujeres adoptes una perspectiva donde ellas mismas son observadoras de su propio cuerpo, su yo físico. Como consecuencia clínica puede desencadenar trastornos de alimentación, baja autoestima y depresión.

-El rol del espectador de sí mismo fue en un principio introducido por Master y Johnson -para los fans o seguidores de la actual serie de "Masters of sex" esto será de interés- en relacióna la disfunción sexual. Se refiere al papel que adopta la persona de observador de sus propias respuestas en situaciones sexuales. Si bien suele darse inicialmente en relación con un fracaso o falla en la respuesta sexual esperada, el rol del espectador termina por convertirse en una pauta que interfiere en la propia respuesta, lo que a su vez, lleva a más autoobservación y así a miedo a fracasar de nuevo, y de esta manera a una respuesta incompatible con la activación sexual. (Ibídem, 57). El rol del espectador también influye en en la ansiedad social donde el individuo en vez de centrarse en la situación, las personas que le rodean, la actividad que está llevando a cabo... está pendiente de sí mismo, lo que acaba repercutiendo negativamente en el desarrollo de la tarea aumentando así la autoobservación.

 -La atención autofocalizada se trata de una conciencia autorreferencial que se centra en aspectos internos del individuo sobre sí mismo. Destaca en este tipo de atención la autoobsevación, una atención en exceso, sostenida y rígida hacia uno.
La atención autofocalizada en relación a estímulos públicos se relaciona con la ansiedad social, y en relación a estímulos privados con ansiedad y depresión.

-La rumia se caracteriza por pensamientos repetitivos relacionados con la situación de estrés que uno tiene en la actualidad y su tristeza. Los pensamientos de tipo rumiante se caracterizan por centrarse en los antecedentes que han motivado el estado emocional sin un objetivo concreto ni llevar al sujeto a hacer algo para salir de tal estado. Una pregunta característica: ¿Por qué ... ?
Ésta se relaciona con estados depresivos pero también con ansiedad, bulimia, abuso de sustancias y una salud física disminuida.

-La preocupación se vuelve relativamente incontrolable y persistente, por lo que podría hablarse de un estado crónico. Se trata de cadenas de pensamientos e imágenes, de tono afectivo negativo [...] que implican cuestiones acerca de peligros o amenazas anticipadas sobre uno mismo u otros (Ibídem, 58-59). ¿Qué sí...? sería una pregunta característica.
Existe una relación entre la preocupación y la ansiedad generalizada, aunque también es un aspecto común en la depresión, el TOC, el insomnio, los trastornos psicóticos y el TEPT.

 -Los pensamientos automáticos, conocidos principalmente por el desarrollo de la terapia cognitiva de Beck, se tratan de valoraciones breves y esquemáticas que uno se da a sí mismo acerca de pérdidas y fracasos (Ibídem, 59). En relación a la investigación sobre ellos, se ha desarrollado en concreto su relación con la depresión, caracterizando una división por áreas en función a la tipología del pensamiento, es decir: acerca de uno mismo, del mundo o del futuro.
En casos de ansiedad y pánico, los pensamientos automáticos relacionados tiene un contenido específico al trastorno.

-El pensamiento repetitivo es como así mismo se define, repetitivo y atento, normalmente sobre uno mismo, sus problemas y lo concerniente a su vida. Las revisiones lo relacionan con la ansiedad y la depresión.

 -La metacognición hace referencia a la valoración del propio pensamiento, habilidades y capacidades estratégicas de las que se dispone.

 -Teoría del escape del yo. Ante situaciones en las que el sujeto tiene plena conciencia o una conciencia exagerada de sus circunstancias, puede resultar desagradable, por lo que podría buscar una evasión, escapar de su propio yo, como sucede por ejemplo cuando se dan discrepancias entre la idea de yo-real y el yo-ideal. 
Este escape puede encontrarse en el consumo de alcohol y otras sustancias, la bulimia, el masoquismo y el suicidio.

-La trampa vital consiste en una serie de pautas conductuales, observables en los hñabitos personales, por el que uno mismo induce o fomenta los problemas a los que teme y que finalmente acaba teniendo.

-La evitación experiencial o conductual define un patrón reiterado de conductas tendentes a controlar eventos privados disconfortantes, sin conseguirlo más que, acaso, momentáneamente. [...] se trata, en todo caso, de experiencias que uno preferiría no tener. (Ibídem, 61).
El problema reside en que al tratar de evitar determinadas experiencias, se producen cada vez más. 
Las estrategias utilizadas son diversas, desde el escape a determinadas situaciones o circunstancias asociadas, al control de ellas mediante el consumo de sustancias, la rumia o la distracción.

-La hiperreflexividad se entiende aquí en un sentido individual y particular y no de modo general abarcando los conceptos que se han mencionado previamente.
La hiperreflexividad como tal se ha estudiado en relación a la esquizofrenia, como una autoconciencia intensificada hacia los aspectos propios, características implícitas y pre-reflexivas, que al objetivarlos se presentan como objetos externos.


 

Lecturas recomendadas:

  • Kisrcher, T.T.J. y Leube, D.T. (2003). Self-consciousness, self-agency, and schizophrenia. Consciousness and Cognition, 12, pp. 656-669. 
  • McLaughlin, K.A., Borkovec, T.D. y Sibrava, N. J. (2007) The effects of worry and rumiation on affect states and cognitive activity. Behavior Thrapy, 38, pp.23-38. 
  • Mor, N. y Winquist, J. (2002) Self-focus attention and negative affect: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 128, pp.638-662. 
  • Pérez, M. (2008) Hyperreflexivity as a condition of mental disorder: A clinical and historical perspective. Psicothema. 20(2), pp.181-187. 
  • Sass, L. y Parnas, J. (2003). Schizophrenia, consciousness and the self. Schizophrenia Bulletin, 29, pp.427-444.